Hola compañeros, espero que se encuentren en perfectas condiciones, porque yo estoy muriendo lentamente a causa de los proyectos finales de la escuela, y bueno como esta es la última entrada quiero hablar sobre cómo he crecido estos meses fuera de casa.
Debo admitir que desde muy pequeño, mis padres han sido un poco sobre protectores, y me negaron muchas cosas que los demás niños hacían y yo no. Eso me molestaba mucho y crecí en cierta manera, atado a mis deseos, que poco a poco iban muriendo.
Cuando llegó el día de mi partida, estaba muy feliz porque en esos momentos me encontraba realizando el último de mis sueños, estudiar fuera de casa. Como mis padres aceptaron, nada se interpondría en mi camino de ese momento en adelante. Y así fue, las primeras semanas me sentía el joven más alto del mundo, pero mi caída vino pronto con la pérdida de mi mejor amigo de la infancia.
No me dejaría vencer por eso, ya había llegado demasiado lejos, concentré todas mis fuerzas en mis estudios, y afortunadamente, los frutos fueros fantásticos. Pero me he dado cuenta que todas las personas tienen que alimentarse de dos maneras, la primera es todo aquello tangible que nos hace crecer como personas, lo segundo es el afecto que sólo y repito sólo te lo da el amor.
-Has sido amado desde el momento de tu nacimiento- Argumenta mi padre, por lo cual, no me queda duda de que ellos me quieren, no obstante ese amor es el que me hace falta ahora, no porque no lo tenga, sino porque necesito a alguien que me lo recuerde.
Una persona no puede vivir sin el amor de otra, ya sea por su cónyuge, familia o amigos, pero esta fuerza es la que permite despertarse cada día, es la que te inspira a crear nuevas cosas, a levantarte temprano y ver a la chica linda que te gusta, a vivir siempre feliz.
Ahora, gracias a la ausencia de este amor, he valorado mucho a mi familia, sé que ellos me aman y yo los amo, sé lo que significa recibir la bendición de mi padre cada mañana después de bajar de la camioneta, o los besos de mi madre en mi frente cuando me enfermaba, o simplemente los gritos de mis hermanos para saber quién juega primero videojuegos. Todo eso lo entiendo y lo extraño.
La ventaja de esto es que ya soy adulto (creo, o al menos eso dice mi IFE), y me percaté en pocos meses que la vida no es color de rosa, que hay que trabajar para vivir, pero vivir para ser feliz.
Bueno eso ha sido todo compañeros lectores, me despido cordialmente y valoren a su familia ahora que la tienen, posiblemente deje abandonado mi blog hasta la siguiente tarea el profe Tony, y gracias profesor, sus tareas me hicieron crecer (no físicamente porque aun mido igual que un hobbit) mentalmente, graciosamente aprendí varias cosas con usted pero sólo quiero rescatar una...
Hay más de un millón de millones de maneras, de resolver un problema, sólo basta con observar y comprobar bien las cosas, si te salió a la primera no es suerte, es un buen trabajo, si no, pues simplemente inténtalo de nuevo.
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